martes, 15 de septiembre de 2009

pasaba el tiempo

Pasaban los minutos, la gente iba y venia, sin darse cuenta de mi ansiedad, tal vez ni de mi presencia. Que hacia ahí me preguntaba, que pasaría en ese tan esperado encuentro, trataba inútilmente de leer esa revista que aun guardo, pero nada podía desaparecer mi impaciencia, sentía tantas cosas a la vez, euforia, angustia, temor a lo desconocido, pero por otra parte mi cuerpo se derretía a cada instante, imaginando como seria ese hombre que venia a mi encuentro, habían pasado tantos meses desde que comenzamos todo esto, horas intensas de letras, horas intensas de palabras al oído, aquí terminaba todo aquello que nos envolvía en la misma magia pero al mismo tiempo comenzaba la historia real, ya no mas esperas, era ese día el que habíamos planeado, vernos, sentirnos y darle rienda suelta al placer que habíamos acumulado todo ese tiempo. Y ahí estaba segundos después de que la hora del reloj me indicara que había llegado, la gente se dispersaba entre otra que apuraba en no llegar tarde a su destino, lo vi caminar despacio entre perfiles humanos, era el sin lugar a dudas y mi mente se nublo, fue en ese instante que alguien llamo mi atención con una pregunta y cuando llego hasta mi, apenas si me deshice de la persona, levante la vista y fueron mis ojos hacia el encuentro de los suyos, baje de la silla y sin dejarlo de verlo tome sus manos entre las mías y sonreímos, un hola fue su saludo y mi primera expresión fue la de decirle….Pero que blanco estas¡ de inmediato los cuerpos se atrajeron y rozando los labios apenas, para después al oído susurrarme…ahora si te voy hacer mía, las bocas se fundieron en ese primer beso, explicar ese beso seria romper con todo lo establecido, se fue la angustia y el temor, y el deseo se anido en esos segundos del aquel beso profundo y lleno de calor, el sabor de las salivas al fundirse, el temblor de las manos al abrazarnos mas fuerte, creo que fue ahí que los dos supimos que las cosas caminarían al menos como lo habíamos imaginado, nos tomamos de la mano, salimos de ese lugar y mientras lo hacíamos le pregunte de su viaje y decía algo nervioso que había sido un asco y que habiendo tenido que esperar en todos lados, y se le avía hecho algo pesado, creo que le ofrecí de la soda que yo misma tomaba con nerviosismo también y seguimos caminando, en esos segundos al mirarlo de reojo, vi lo hermoso que en realidad es, me parecía increíble verlo a mi lado y ahí mismo, lo detuve y le pedí que me besara de nuevo y este fue un beso mas relajado, mas no menos profundo. Llegamos a donde nos esperaba el transporte que nos llevaría a ese hotel que seria el lugar de la mas grande de las odiseas, ya dentro del vehículo hablamos cosas sin sentido quizás, intentando controlar los ímpetus, pero no nos era posible, mientras el conductor se dirigía hacia aquel lugar, los cuerpos se calcinaban ya, los besos se hacían mas penetrantes y las manos buscaban nuestra piel, ambos recorríamos con ansiedad lo que encontrábamos, mis manos entre sus piernas apretando esa tan esperada verga, que ya crecía entre la tela de ese jeans que apenas si podía contenerse ahí, sus manos en mi cintura bajaban sobre mi jeans ajustado y sobaba mi culo con premura, apresándolo como queriendo ir mas allá de donde nos era posible, murmurábamos y pequeños gemidos se hacían patentes, llenando el pequeño espacio, mientras sus manos atrapaban mis tetas que ya para ese entonces gritaban por salir y darse por entero, en mi desespero baje por su pecho y llegue hasta donde la verga punzaba y latigueaba queriendo escapar de sus ataduras, me incline del todo y di una pequeña mordida a ese animal que rugía con bravura, sentí sus manos ir hacia mi cabeza, creo yo gozando el brevísimo instante de mi contacto, hasta creo que el chofer debió ir mas despacio, al darse cuanta de las acciones y para ver hasta donde llegábamos y seguramente que no perdía detalle por el retrovisor , pero ni su presencia podía detener la marcha de la pasión que por momentos parecía desbordarse ahí mismo. Unos minutos después tuvimos que separarnos para bajarnos, pero su mano sujeto la mía al descender y ya no me soltó mientras encaminábamos al lobby de aquel hotel, yo sentía al caminar que mi concha escurría en jugos y mi respiración era sujeta de cambios bruscos, mi mente apenas si distinguía el rostro de la chica que nos atendió mientras el ponía su rúbrica en el registro, nos decían que había solo habitaciones en la parte baja, pero nosotros sin dejar de mirarnos y soltar las manos le indicábamos que ese no seria problema, ya camino al cuarto 002 que era el que nos habían asignado, me parecía flotar, unos minutos mas, solo unos minutos mas. La chica entro por delante y nos detallaba los pormenores y nosotros muriendo de calientes y si bien no parecíamos ansiosos creo que se nos hizo eterno las atenciones de aquel protocolo ineludible. Cuando se cerro aquella puerta, hablábamos de que era muy agradables las estancias de aquella habitación, parecía que no corríamos prisa por nada, medio la recorrimos y entramos a lo que era la recamara, ahí habían dos camas, acomodamos las cosas en un closet y mientras el a mis espaldas hacia no se que, yo temblaba, mientras tranquilamente sacaba cosas de mi bolso para acomodarlas sobre un pequeña cómoda que tenia un amplio espejo, por el cual pude distinguir que miraba lo que hacia, creo que se daba cuanta de mi sonrojo, de mi ansiedad, de mi timidez y la torpeza al quedarnos ya totalmente solos. No me di cuanta cuando se sentó sobre el borde la cama detrás de mi y atrajo hacia el mis caderas, haciéndome sentar casi sobre sus piernas que se abrieron para darme cabida entre ellas, sus manos subieron y apretaron mis tetas mientras yo le decía riéndome de la acción que se hiciera hacia atrás para poder sentarme, pues casi caigo del borde de la cama, besaba mi espalda y mi cuello, mientras sacaba en un solo movimiento la blusita blanca que me había puesto, ya libre de ella masajeaba todo lo que encontraba mientras me deshacía de mis botas que solté una a una tirandolas al piso con mi clásica desfachatez de siempre, creo que decidió ahí mismo recostarse sobre la cabecera de la cama para admirarme mientras me veía desabrochar el jeans resbalándolo lentamente sobre mis caderas y piernas, me deje ver así siempre al principio, de espaldas hacia el, mientras regresaba al tocador para mirarme con aquel body negro de encaje que llevaba bajo mi ropa, recuerdo que vi mi sonrisa llenando mi rostro y mi respiración cambio otra vez en cuanto decidí voltearme y verlo de nuevo a los ojos, nunca podré olvidar esa mirada, hasta ese momento, sin distinguir bien su tonalidad, sonreíamos y casi no había frases que decir, solo que al verlo tan relajado lo anime a que se levantara y le pedí que se desnudara para mi, se paro sobre la cama como un chiquillo y se veía bellísimo sonriendo con picardía mientras lo hacia, pero al verlo sacarse la playera y los jeans le indique que no se quitara nada mas que eso y le dije que se recostara otra vez. Lo mire, mi sangre corría a mares mientras me senté sobre la cama a sus pies, quería tocarlo pero había momentos que pensaba que se haría invisible ante mis ojos y que todo era solo mi imaginación, mas cuando mis manos recorrieron sus pies y piernas, baje mi cuerpo sobre el suyo y comencé un recorrido lento desde sus dedos, lamiendo en un principio cada uno de sus dedos, chupandolos suavemente, mi boca trémula de emoción besaba cada centímetro que mi ansiedad me permitía, y hasta ese momento nada de que había pretendido hacerle era lo que estaba pasando, todo se me hacia tan espontáneo que aun hoy me desconozco con esa actitud, sentía su mirada candente, mientras hacia círculos con mi lengua sobre su piel, subiendo poco a poco, jadeando quedito, permitiéndome unos segundos mas para saborear la blancura de su piel, su frescura, guardando cada detalle de mis ojos a la mente, esas piernas endurecidas bajo mis manos, su respiración pausada, relajada, llegaba hasta mis oídos, no habían palabras solo caricias mías hacia el, que se dejaba consentir a mi antojo, seguí subiendo y me encontré con su cadera algo inquieta ya, percibí su impaciencia ahí al ver entre sus piernas, ese palo que se agitaba bajo la trusa, decidí pasar de largo no sin antes rozarle con mi boca toda la verga sobre la tela y llenarme de su aroma mientras se la apretaba con los labios con un tanto de fuerza, nunca le dirigí alguna mirada a los ojos, solo miraba su cuerpo, su piel, extasiada en esa verga que crecía a velocidad máxima a mi contacto y aun cuando estábamos al desquicio total y hambrientos de mas caricias, subí hasta su rostro y primero llene de mis labios su boca tersa, jugosa y apasionada, que respondió con energía en aquel beso, un gemido profundo nos invadió ahí mismo, mientras me intentaba abrazar del todo, pero me dejo zafarme de sus brazos, al tiempo mismo que volvía a besarlo en todo el cuerpo ahora bajando por su cuello lentamente, sobre su piel deteniéndome en su pecho, aspirando su olor, llegue a su vientre y metí la lengua en su ombligo, creo que estaba volviéndolo loco en ese momento, viéndome acercarme cada vez mas y mas a esa verga que se hinchada cada segundo, me detuve ahí mismo y aspire su fragancia de macho. Puta madre ¡ ¡ ¡ en cuanto saque aquel trozo de carne y la tuve frente a mi rostro y en mis manos, levante la mirada hacia el, que ya enloquecido por la espera, con la suya me gritaba que le mamara la verga ya mismo, esa angustiosa espera que los dos habíamos sufrido y gozado al mismo tiempo, mientras mi lengua caliente, escurriendo en saliva salía de mi boca, buscando su sabor, su aroma, su suavidad. . . ahhhhhh ¡ ¡ ¡ gemidos entrecortados salían de mis labios mientras besaba la punta de esa lanza, la veía de muy cerca como queriendo grabarla en mi mente para no olvidarme de ningún detalle de ella, escudriñándola toda, por mi mente pasaban imágenes de aquellas fotos que el me enviara todos esos meses y me parecía mucho mas grande que en todas las imágenes de aquella hermosura de verga, una verga magnífica gruesa, grande, con un color pálido sonrosado y aquella cabeza casi del mismo grosor de todo ese gran palo, puta madre . . . llegue a dudar, que nada de lo que había ofrecido lograría hacer en ella, era inmensa ante mis ojos y solo el gran deseo de hacerlo gozar me animaba a seguir mi cometido de hacerlo gozar como nunca antes, estuve ahí unos minutos dejándola entrar libremente en mi boca mientras el buscaba acercarme mas a mi cuerpo para acariciarme, pero lejos estaba de eso ya que yo estaba arrodillada sobre esa verga chupandola con delicadeza y algunas veces con energía, se escuchaban los gemidos de ambos, al incorporarme se abalanzo sobre mi y medio sentados sobre la cama nos besamos otra vez , su manos buscaron deshacerse de mi ropa y saco mis tetas mientras las sujetaban sus manos y bajaba a chuparlas con una total pasión, se detuvo un momento a mirarme esas dos fuentes de placer como no comprendiendo lo que sus ojos veían, me hizo hacia atrás y me recostó en la cama, mientras volteaba su cuerpo dejando su verga otra vez frente a mi rostro, mis manos sujetaron esa bestia que ya pretendía devorarme en su totalidad, mi cuello quedo casi colgando al aire mientras el quitaba el broche de entre mis piernas y a la vez acariciando ya mi concha que se derretía de caliente, gemíamos, casi al unísono, jadeantes ya, abrió mis piernas y nos acomodamos para dar paso al primer 69, al sentir su aliento sobre mi concha me estremecí del todo, aquella lengua me entraba y salía sin parar, lamía de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo, toda mi vulva . . . ahhhhhhhhh ¡ ¡ ¡ mientras yo con la verga a unos centímetros de mis labios colgaba punzante y deseosa de mas mamadas, la tome con mi mano y la lleve a mi boca y la atrape del todo, los dos como locos mamandonos, los dos como locos gimiendo, los dos desatados y buscando mas y mas, fue ahí cuando al estarle chupando con fuerza deje que entrara mas y mas hacia mi garganta, por segundos me detenía a respirar y arremetía con la misma presión, mientras en ese primer orgasmo, que me lleno la concha mientras sentía como entraba su lengua en ella, un maravilloso, jugoso e inolvidable orgasmo, que subió desde mis pies y llego a mis sentidos, haciéndome gemir como nunca lo imagine en mi vida, fue ahí que desee con tanta fuerza que el sintiera el mismo placer que me entregaba que detuve la respiración y la verga se deslizo suavemente hasta el fondo de mi garganta quedando ahí atrapada por unos instantes, sentí como se anido en ella, sus pulsaciones en mi cabeza resonaban, la contuve ahí mismo unos instantes, apretando toda la verga en mi boca, succionándola toda sin dejarla escapar, ni cuenta me di que aquel macho se quedaba quieto al sentir aquella caricia perfecta, lo sentí desprenderse de mi concha y levantarse una tanto sobre mi cuerpo para mirar lo que su cuerpo sentía, en ese momento que yo aproveche para meterme una mano entre las piernas y seguir gozando, ese instante pienso que a el se le quedo grabado para siempre, ver como su verga era tragada totalmente por la boca de la hembra que había venido a cojerse, mmmmmmm, mmmmmmm, que delicia era lograr satisfacerlo del todo, aun cuando minutos antes en mi recorrido en su cuerpo con mi boca y al verle la verga, llegue a pensar que no podría lograr nada que pudiera superar lo que el hubiera vivido. Ya era como un tormento el estar así en ese instante, deseando entregarnos del todo, de un jalón me llevo al medio de la cama, se metió entre mis piernas y bajo a besarme, enredándonos con las lenguas que mantenían el sabor de nuestros jugos y nos besamos como locos, chupandonos los labios, separándonos unos mililitros para respirar o parando para gemir, mientras sus manos apresaban mis tetas que estaban llenas de su calor, de ahí sus manos resbalaron y me tomaron por las caderas y bajaron hasta donde nacen mis piernas, me miro y lo mire, ahí vi otra expresión en su rostro jamás imaginada, mientras se colocaba el condón , sus ojos tenían un brillo extraño . . . era el deseo vibrante de un macho caliente que miraba a su hembra, esa hembra que expectante e impaciente esperaba que la tomara y la hiciera suya. Los dos bajamos la mirada al unísono, para permitirnos ver como uníamos nuestras carnes, tomo la verga y la fustigo en la entrada, haciendo ese instante mucho mas supremo, intentando quizás detener el tiempo o la ansiedad, pero no logro permanecer mas sin decidir penetrarme, cuando entro en mi, lo hizo con cierta suavidad, pero de una estocada, sentía como esa verga abría toda mi concha, haciéndome soltar mas jugos, de principio a fin, bañándole con mi leche toda la verga, la deposito hasta el fondo y los dos gemimos de placer, puta madre ¡ ¡ ¡ . . . que rico se sentía eso, sublime diría yo, cuando comenzó a cojerme, cada embestida era un gemido arrancado del fondo de mis entrañas, no olvidare nunca esa sensación maravillosa de sentirme totalmente llena por ese macho espectacular que me cojia a todo vapor con una pasión desbordante, cada segundo sentía como la verga me atravesaba, sin darme tregua ni siquiera a moverme, mi cadera se sello a la cama y solo permanecía recibiendo tamaña dosis de energía pura y placer sobrehumano, veía el rostro de ese macho enfurecido sobre mi cuerpo gimiendo y entregándose del todo, me hizo suya y lo hice mío, ahí mismo, fundidos en una sola comunión de cuerpos, sin mas retenes, sin mas que el deseo único de realizar lo tantas veces soñado e imaginado, había momentos que mis labios se apretaban, tal vez intentado guardar toda esa pasión solo para mi, pero para ambos era casi imposible, necesitábamos compartirnos del todo y al escucharlo gemir y a su respiración hacerse cada vez mas agitada, mis sentidos se nublaban y de los gemidos pase de inmediato a los gritos de placer, justo en el momento en que un orgasmo llenaba todo mi ser, mi cuerpo agitaba en estertores y cuanta emoción en los besos furtivos que nos dábamos por segundos, las lenguas salían de las bocas sin permitir unirse del todo, lengüetazos en el rostro, quedándose a veces en el espacio, al no poder contener los movimientos que ya se hacían patentes en mi cadera, los segundos seguían corriendo y la loca carrera por alcanzar la cima se hacia inmensa, cada vez mas locos y voraces, matando la sed y hambrientos de caricias al mismo tiempo, el bajaba a mis tetas y las tomaba con sus labios, algunas veces las chupaba con fuerza , algunas veces lo hacia solo rozándolas con la lengua, habiendo perdido toda cordura, nos dejamos conducir con desgarro hasta el final de esa culiada soberbia, levanto mi pierna y se metió entre ella, así mismo como algunas vez me lo describió que lo haría, toda la verga a full, toda su fuerza restante al seguirme penetrando como un semental, como todo el macho que lleva dentro, integro y fulminante, transportándonos al infinito, una y otra vez dentro y fuera de mi concha que ya se desgarraba ante semejantes embestidas, una y otra vez fuera y dentro hasta desahogar la pasión, su cuerpo se tenso al grado de que su mirada me dominaba, sus últimos embates en mi concha me dejaron muda al presentir que la culminación se acercaba a ríos embravecidos, fue ahí cuando se desprendió gimiendo como creo que nunca lo había hecho, se erigió sobre mi cuerpo y me obligo a seguirlo dejándome hincada sobre esa cama, haciéndome tragar otra vez la verga de nuevo, una, dos, tres embestidas antes de recibir un maravilloso y espectacular baño de leche sobre mi rostro, jamás , jamás, pero jamás imagine estar así ante un macho que me tomaba con fuerza de mis cabellos y me diera de su leche caliente a beber, los borbotones me cayeron en el pelo, las mejillas, las tetas y muchas de ellas lograron quedarse en mi boca, y recuerdo que mi lengua ávida, tragaba todo ese elixir de aquel semental que gemía con una entrega inigualable, logrando unirse a mis gemidos haciendo juntos una oda a la pasión. Cuando todo quedo termino, no había silencio, los jadeos estaban ahí y la respiraciones de los dos eran patentes aun, me quede así lamiendo mis tetas ante el que me miraba desde la otra orilla de la cama sonriente, con una mirada traviesa. Y yo . . . que puedo decir de mi? Desde ese momento jamás volví a ser la misma.

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