martes, 22 de septiembre de 2009

sucedio en el metro

Mi nombre es Susana, tengo 19 años, soy rubia, de ojos marrones, mido 1.63, mis medidas son 90-62-94 y soy Argentina.
Diré que soy adicta al sexo, como cualquier otra, aunque no soy de mantener una relación estable; más bien mi ideología es la de ‘’relaciones de una noche’’.
Les contaré un relato acerca de un hecho muy interesante que me ocurrió hace unos días...
Volvía yo del trabajo, y como todas las tardes debía tomar el tren para ir devuelta a casa y he de decir que a esas horas es un completo lío debido a que toda la gente vuelve de trabajar y siempre vamos todos apretados. En estas situaciones nunca faltan los que aprovechan para meter mano, pero nunca pasa de ahí. Iba vestida con una minifalda tableada negra, una camisa blanca con un saquito encima, y llevaba una tanguita de las finitas.
Al subir vi que para mi buena suerte no había mucha gente, pero sabía que en cualquier momento se iba a llenar, así que fui hasta un rincón cosa de que no me aplastaran en el proceso; me di la vuelta y con mi reproductor de Mp3 me dispuse a esperar, pues el viaje iba a ser largo.
No paso mucho tiempo cuando llegamos a la segunda estación, allí el tren se llenó por completo, y la gente empujaba para abrirse paso. En otras palabras, quedamos todos como sándwiches.
Estaba escuchando una de mis canciones favoritas, cuando sentí una mano apoyarse en mi culo. No hice nada por que pensé que había sido un accidente, y es que como estábamos todos apretados podía pasar, así que lo deje pasar; pero mi sorpresa fue al sentir como la misma mano áspera se colaba por mi falda alojándose en mi nalga derecha para a continuación apretarla.
Estaba tan conmocionada que no pude hacer nada, no sabia como reaccionar y en ese momento el tipo debió creer que me gustaba por que se acerco a mi oído y me dijo ‘’Quee lindo culito tenes. Me gustaría rompértelo’’.
Esas palabras me provocaron miedo, pero también de alguna manera me excitaron, y es que el echo de no saber quien me hacia esas cosas era muy atrayente.
Lo próximo que oí fue el ruido del zipper al bajarse y después sentí como aquel tipo colocaba su verga entre mis nalgas y se frotaba contra ellas.
Yo ya me encontraba de cara a la pared, con las piernas separadas y esa cosa entre mis nalgas. Entonces el tipo me ordenó poner en pompa mi culito, cosa que hice inmediatamente, mientras me abría más las piernas y después de haber echo a un lado la tirita de mi tanguita apoyó la cabeza de su enorme verga para seguidamente meterla toda de una.
Yo estaba que no podía hablar por la impresión, y es que me la había metido tan fuerte que estuve tentada a lanzar un grito; pero sería demasiado vergonzosa la situación en la que nos encontrábamos, así que preferí callar.
Comenzó a moverse, y daba estocadas muy violentas por lo que no me quedó otra que agarrarme del apoya brazos.
Era muy rico sentir esa verga adentro, partiéndome en dos mi recién abierto culito.
Él me gritaba todo tipo de cosas, me decía ‘’Qué putita que resultaste ser….mmmm, que rico que es partirte …te voy a romper bien….ohh, si, que rico culito, que apretadito’’
Yo ya estaba que no podía más de la excitación, y es que esto me estaba resultando muy morbo así que solita dirigí mis manos a mis nalgas abriéndolas de par en par así las penetraciones eran mas profundas.
Después de 20 minutos pude sentir como aceleraba el ritmo de las estocadas y con la última me la clavó bien al fondo para luego correrse dentro mio, llenándome de lechita el culito.
Pensé que se retiraría inmediatamente, pero me la dejo adentro.
‘’mmm, que rica culeada querida. Espero que la próxima nos veamos de nuevo’’
Con esas palabras se retiró del tren, dejándome con un fuerte ardor en el culo y con su leche escurriéndome por las piernas.
Me acomodé la tanga que me molesto bastante, por que por si no lo había dicho la tirita de esta es una cadena, y al hacer contacto con mi hoyito me provocaba unas molestias terribles.
Pero así y todo baje del tren con un andar muy peculiar, pero nunca olvidaría esa culeada tan espectacular.
Por que desde ese momento quise experimentar más, por que en ese tren había aprendido que el sexo anal es muy placentero, y tenía muchísimas ganas de volver a hacerlo.

5 comentarios:

  1. que excitante pero creo que fantasea , en el vagon y con toda esa gente no creo ser posible

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  2. super bueno... yo tambien quiero

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  3. muy exitante y le llevo la contraria al otro comentario ya que en el metro si se puede hacer eso y mas y sobre todo si estas en la ciudad de mexico ya que aqui se pone hasta el tope en los vagones me a tocado ver como se las clavan a las chavas cuando lo hacen

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  4. la mujer se dejo por que era una puta en verdad

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